lunes, septiembre 03, 2018

Una reflexión sobre educación superior

Cada semestre, cientos de miles de estudiantes universitarios recurren a los sistemas de información de sus Universidades para escoger las materias de su nuevo semestre académico. Difícilmente estos pueden escoger materias que les cause curiosidad, que los motive a explorar nuevas formas de ver y vivir su formación superior o materias de otras carreras que le permitan contar con una formación transdisciplinar.

Es una realidad que los planes curriculares de los programas de pregrados y posgrados, al menos en Colombia, se pueden modificar de manera regular cada siete años cuando se actualiza su registro calificado (licencia para ofrecer el programa). También es una realidad que los contenidos de las materias pueden ser actualizados en el transcurso de la vida útil de este registro pero, en la mayoría de los casos, los profesores o comités curriculares no se preocupan por cambiar los microcurrículos de estas, ya que la inercia y el afán administrativo poco deja tiempo para pensar en las nuevas tendencias y temáticas de la formación.

Por lo anterior, responder a la pregunta que hace el autor y editor de productos editoriales en tecnología Tim O’Reilly : ¿cuál será el futuro de la educación ahora que el aprendizaje a la carta supera a las Universidades tradicionales para mantener actualizados los conocimientos de sus alumnos?, es bastante complejo en un medio en el cual superar la burocracia y tramitología para actualizar una malla curricular y obtener el permiso puede tomar hasta dos años, tiempo en el cual, quizá, ya este contenido se obsoleto.

Es así como varias empresas de edutech han surgido como alternativas para romper este ciclo obsoleto.  Crean cursos cortos con expertos temáticos que, apoyados por un buen equipo digital, desarrollan material que puede ser visto muchas veces, gracias a la asincronicidad del contenido y presencia en multiplataformas que permite estar conectado en todo momento en cualquier lugar.

La creación de estas nuevas “carreras” permiten que el estudiante elija su ruta de formación dependiendo de sus interés sin prerequisitos o corequisitos de tal forma que, si el estudiante siente que tiene vacíos conceptuales en los temas desarrollados, pueden hacer uso de la misma plataforma para buscar una respuesta en uno de los foros dispuestos para esto o buscar en la web contenido enriquecido que le proporcione información para continuar adelante con su formación.  la forma de validar lo aprendido en iniciar su propio proyecto tecnológico que va desde una “app” o una “startup” que le permitirá ir sondeando con sus clientes prospectos, mediante olas de actualización de su desarrollo.

Pensemos en esta metodología llevada a otros campos del conocimiento.  Un ingeniero civil que pueda conformar su propia ruta de formación y que vaya verificando su conocimiento mediante la modelación de sus estructuras en una comunidad digital y que, está a su vez, pueda aportar con comentarios para que mejore o, en definitiva, deseche su modelo y reinicie su trabajo.

Ahora bien, qué tal si a esto le sumamos un nuevo ingrediente: la inteligencia artificial.  Quizá para muchos lectores esto puede sonar a ciencia ficción, para otros piensan que esto solo puede ser desarrollado en ambientes industriales u otros pensaran que esto es una moda tecnológica que durará poco.  Pues bien, actualmente en muchas Universidades internacionales la IA está siendo aplicada para medir el rendimiento de un estudiante y permite predecir si este tendrá éxito o en su vida universitaria. De otro lado, esta tecnología permitirá identificar la manera como este estudiante aprende, qué medios usa para buscar información , cuáles son sus hábitos de estudio, con que compañeros comparte información, cuáles son sus hábitos de interacción en medios sociales y… de más variables que se quieran tener de esta persona.  Teniendo en cuenta esto, se puede armar un buen programa de formación a la medida del estudiante conociendo sus hábitos, destrezas, debilidades y demás, lo que cambiaría radicalmente la forma de cómo hoy se está elaborando los contenidos educativos tanto presenciales como digitales.

Este tipo de tecnología ya están siendo utilizadas en varios sectores de la economía tales como las ventas que, a partir del conocimiento del consumidor puede enviarle notificaciones con opciones de descuentos, ofertas de última hora y demás para que el comprador haga efectivo y así el comerciante pueda incrementar sus ventas y márgenes de ganancia.

Puede sonar apocalíptico pero si el sistema universitario no piensa en conocer más a sus estudiantes y cómo el profesorado se cualifica en técnicas y habilidades para acompañar el proceso de formación de este, aparecerán nuevas edutech que le restarán público y el sistema universitario victoriano vera el fin de sus tiempos.

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